miércoles, 5 de agosto de 2009

La economía de las botnets Parte 2

El bot puede contener funciones de autopropagación a través de redes informáticas. Por ejemplo, el bot puede propagarse infectando todos los ficheros ejecutables o al encontrar y aprovechar las vulnerabilidades de los equipos conectados a la red local. Un buen ejemplo de estos bots son los representantes de la familia Virus.Win32.Virut y Net-Worm.Win32.Kido. El primero es un virus polimórfico que infecta ficheros y el segundo un gusano de red. Es difícil no admitir la efectividad de este método: hoy en día, la red zombi construida por Kido es la de mayores dimensiones en el mundo.

El creador de la botnet puede controlar los equipos de los usuarios mediante un centro de administración que se conecta a los bots usando un canal IRC, una conexión web o cualquier otro medio a su disposición. Basta organizar una red de varias decenas de equipos para que la botnet empiece a generar ganancias a su propietario. Y el lucro obtenido está en relación directa con la estabilidad de la red-zombi y el ritmo de su crecimiento.
Cómo ganan dinero los propietarios de las botnets

Pero ¿de qué forma ganan dinero los propietarios de las botnets con los equipos infectados? Aquí mencionamos las principales tendencias: ataques DDoS, captación de información confidencial, envío de spam, phishing, spam de búsqueda, aprovechamiento de clics y descarga de software publicitario y malicioso. Hay que destacar que cualquiera que sea la forma elegida por el delincuente, la ganancia está garantizada. Y además, ni siquiera es necesario hacer una elección. Las botnets permiten ejecutar todas estas tareas al mismo tiempo.


Ataques DDoS

Muchos investigadores coinciden en suponer que las primeras botnets ya contaban con funciones de ataques DDoS (Denial of Service, o “denegación de servicio”). Los ataques DDoS tienen como objetivo que un sistema informático deje de responder a las solicitudes que recibe. Uno de los métodos más difundidos para realizarlos es enviar una gran cantidad de solicitudes al equipo “víctima”, lo que provoca que deje de reaccionar si su potencia es insuficiente para procesar todas las solicitudes. Los ataques DDoS son un arma terrible en manos de los hackers y las botnets son un instrumento ideal para este tipo de ataque. Los ataques DDoS pueden ser medios de guerra sucia contra la competencia o manifestaciones de terrorismo informático.

El propietario de la botnet puede ofrecer a un empresario poco escrupuloso un servicio como el siguiente: ejecutar un ataque DDoS dirigido al sitio web de su competidor. El sitio web quedará inhabilitado después de semejante carga y el delincuente recibirá una recompensa. De la misma manera, los propietarios de botnets pueden usar ataques DDoS para extorsionar a las grandes compañías. Y las compañías prefieren aceptar las exigencias de los delincuentes porque es mucho más caro vérselas con las consecuencias de un ataque DDoS. En enero de 2009 el ataque sufrido por el gran hoster godaddy.com provocó que varios miles de sitios alojados en los servidores de la compañía estuviesen inaccesibles por casi 24 horas. ¿A qué se debió? ¿Fue una maniobra ilegal de otro hoster para garantizarse un lugar, o fue un chantaje de los delincuentes contra Go Daddy? Nos parece que ambas posibilidades son probables. En noviembre de 2005 este mismo hoster sufrió un ataque similar, pero aquella vez el servicio estuvo desactivado sólo una hora. El segundo ataque fue más terrible, sobre todo porque las botnets eran mucho mayores.

En febrero de 2007 se lanzó una serie de ataques a los servidores DNS raíz, de cuyo funcionamiento depende todo Internet. Es poco probable que el objetivo de estos ataques haya sido derrumbar Internet en su totalidad, ya que las botnets pueden funcionar sólo si funciona Internet. Más bien parecía una demostración de la fuerza y las posibilidades de las redes zombi.

La publicidad de servicios de ataques DDoS está a disposición del público en muchos foros dedicados a estos temas. Veamos la lista de precios: un ataque puede costar desde 50 dólares americanos hasta varios miles de dólares por cada día de funcionamiento ininterrumpido de la botnet. La variación de los precios es comprensible y justificada. Para detener por un día el trabajo de una humilde tienda online que no cuente con protección, basta una botnet relativamente pequeña (de unos 1000 equipos). El ataque costará una módica. El precio será otro si la competencia es una gran compañía internacional con un sitio protegido. Para que el ataque DDoS tenga éxito, en este caso se necesitará una cantidad mucho mayor de equipos zombi.

Según los datos de shadowserver.org, en 2008 se llevaron a cabo unos 190.000 ataques DDoS por los que los delincuentes recibieron unos 20 millones de dólares. Por supuesto, en estos cálculos no se tienen en cuenta lo ganado por los chantajistas, porque es muy difícil saber cifras exactas.

Continua.........

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